domingo, 29 de noviembre de 2015

CULTURAS PREHISPANICAS

Con tan sólo tres o cuatro meses de lluvia al año, Colima pudo reunir las condiciones necesarias para la vida humana gracias a los numerosos arroyos provenientes de las partes altas del Volcán de Fuego. Las evidencias muestran que el hombre se estableció en este valle por el año 1 500 a.C.
La cultura conocida como Complejo Capacha eran sociedades agrícolas y sedentarias que dieron origen a la famosa tradición de las tumbas de tiro: cámaras mortuorias en las que se depositaban ricas ofrendas y a las que se accedía a través de un tiro vertical y redondo de 1.20 a 1.40 m de diámetro. En el centro recreativo Tampumachay, en la localidad de Los Ortices, existen tres tumbas con el tiro y las bóvedas originales, y en su interior una serie de vasijas y herramientas de piedra ofrendadas a los muertos.
Cuando la religión tuvo mayor peso en la organización social, a partir del año 600 d.C., empezaron a construirse espacios ceremoniales a partir de plazas, patios delimitados y plataformas rectangulares de dimensiones considerables. Los asentamientos con una mayor complejidad arquitectónica no se desarrollaron sino hasta después del 900 d.C.
El sitio que mejor representa esta etapa es La Campana. Se trata de un gran asentamiento –su área ceremonial excedió las 50 has– con una sucesión de plataformas rectangulares. En la parte superior de estas plataformas existen áreas relacionadas, probablemente, con el almacenamiento de granos. También se encuentran complejos sistemas residenciales que, sin duda, debieron ocupar dirigentes civiles y religiosos.
Dos aspectos sobresalen en este sitio: la localización de tumbas de tiro integradas a espacios ceremoniales y la existencia de una compleja red de drenaje y conductos de agua.
Otro importante sitio arqueológico en Colima es El Chanal, ubicado a unos 6 km al norte de la ciudad, que debió tener una extensión máxima de 200 has. Como se extendió hacia ambas márgenes del río Colima se le conoce como El Chanal Este y el Chanal Oeste. Este último, aunque no se ha investigado totalmente, muestra una evidente complejidad, ya que tiene patios, plazas, estructuras, canales y calles. El Chanal Este, por el contrario, fue destruido en buena parte porque sobre sus ruinas se estableció el poblado moderno que lleva su nombre.
Las investigaciones demuestran que en el lugar existen elementos indicadores del doble templo, el concepto de banqueta-altar y los altares-plataformas de pequeñas dimensiones, al igual que gran cantidad de esculturas en bulto, grabados y relieves en piedra; figuras relacionadas a los Xantiles; cerámica policroma formando perfiles de águilas y serpientes emplumadas; y por último, metal. Pero lo más sobresaliente de esta cultura es la presencia del fenómeno urbano y la existencia del calendario.
EL REY COLIMAN
 El Rey Colimán (apodo dado por Hernán Cortes) o Hueytlatoani Colímotl, o Tzomé, fue el último rey de los Tecos, Colimas o Colimecas que habitaban el Señorío o Reino de Colliman, cuya sede o capital se denominaba Caxitlán y estaba situada en el Valle de Tecomán.
El caudillo organizó y ganó la Guerra del Salitre, contra el pueblo purepechano extendiendo el dominio de la provincia de Colimaa los reinos circunvecinos.

Durante la conquista española, Colímotl derrotó en dos ocasiones a Juan Rodríguez de Villafuerte, la primera en Trojes y la segunda en el Palenque de Tecomán; a Francisco Álvarez Chico y a Cristóbal de Olid en el Paso de Alima y/o Palenque de Tecomán. Finalmente, fue derrotado en la batalla de Alima en Tecomán por Gonzalo de Sandoval y posiblemente muerto.
Está considerado como uno de los símbolos heroicos de los pueblos originarios mesoamericanos por su valor y sagacidad en la resistencia al embate de los españoles.



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